Guía práctica para fusionar la gestión cotidiana con la visión estratégica
En este artículo te compartiremos herramientas fundamentales para lograr una estrategia de calidad y sobre todo, efectiva.
Nuestras empresas se enfrentan constantemente al difícil reto de gestionar su día a día sin perder de vista la necesidad de anticipar su futuro. Entonces, ¿Cómo acercar «lo que es» y «lo que debería de ser»?
El modelo del Gestor-Líder (Dirección por Implicación, 2000) de DPI estructura el papel doble de los directivos, que se ven obligados a combinar su rol como gestores y como líderes para implantar el cambio y conseguir sobrevivir al día a día.
Las empresas más competitivas incorporan su estrategia en la toma de decisiones diarias. Porque el cambio forma parte de su ADN.
Desde DPI te proponemos algunas claves para conseguirlo.
Claves de gestión y de liderazgo:
- Apaga fuegos.
Hazlo antes de iniciar un proceso de mejora y cambio críticos. Elimina las ramas que no te dejan ver el bosque. Ponte plazo para ello.
- Cuantifica.
Clarifica desde el principio los recursos y medios a invertir en la puesta en marcha del plan, evitando que esto se convierta en un futuro problema.
- Comunica la Visión y el Plan
Trata de trasladar mensajes claros y concisos a todo el equipo. Simplifica las ideas importantes que tienen que calar en tu empresa (ver artículo sobre Mecanismos de coordinación y comunicación interna).
- Sensibiliza
Recuerda contagiar al equipo de tu empresa tu ilusión por poner en marcha el plan que habéis definido. Consigue que todo el equipo lo vea tan importante como tu.
- Contrasta/Valida la viabilidad de tu estrategia entre el equipo
Lo que te ayudará a conocer potenciales debilidades internas e identificar aspecto de revisión o mejora. Tener una perspectiva diferente de la que se tiene en dirección puede aportar ángulos interesantes y necesarios para alcanzar el éxito.
Además para lograr una estrategia adecuada;
- Reparte juego
Promueve la participación del equipo y define de forma clara los límites de sus responsabilidades, aclarando autoridades y trasladando sus objetivos (ver artículo sobre Diagnóstico y Rediseño de Estructura organizativa).
- Mide los logros
A su vez, define indicadores y metas que te permitan medir y gestionar el cumplimiento de los objetivos perseguidos (ver artículo de definición de indicadores y metas para objetivos)
- Ponlo en tu agenda y también en la de todo el equipo implicado
Concreta la estrategia en proyectos implantables y llévalos al día a día, reservando tiempo para cada actividad. Define los objetivos a conseguir por cada proyecto, y asignar plazos. Tu agenda dice mucho de ti, ¿dedicas tiempo a lo que consideras importante?
- Contrólalo
Analiza los resultados y sin olvidarte de los objetivos que se persiguen. Haz entonces que el equipo participe en ello.
- Aprende haciendo. Sé flexible.
Pero lo importante son los resultados, no es el plan en sí mismo. El diseño del plan y su implantación están unidos, actualízala en función de los resultados obtenidos y el aprendizaje del equipo. La empresa que cambia se empapa continuamente de nuevos planteamientos estratégicos.
- Comparte los logros con el resto.
Entonces es importante no solo comunicar lo que hay que hacer, sino también lo que se consigue. Dar visibilidad a los resultados de forma continua, ayudará y mantendrá la implicación del equipo.
Prepara a tu empresa con una estrategia para el éxito en un mundo en constante cambio
Con estas estrategias en mente, tu empresa estará mejor equipada para afrontar el desafío constante de equilibrar la gestión diaria con la necesidad de anticipar y adaptarse al futuro.
Al integrar la visión estratégica en cada nivel de operación, desde la alta dirección hasta el equipo base, podrás a su vez, impulsar el cambio de manera efectiva y mantener la competitividad en un entorno empresarial en constante evolución.
Pero recuerda también que el éxito no solo radica en la formulación de la estrategia, sino también en su implementación diligente y en la capacidad de aprendizaje y adaptación continua.